Volvemos al Pirineo con un nuevo grupo preparado para iniciar la Expedición en territorio oso. Algunos de los componentes del equipo son repetidores Piros, nos alegra enormemente ver de nuevo a nuestros ya amigos y poder compartir nuevas experiencias con ellos, va a ser una gran aventura.
Y con las botas puestas y las mochilas preparadas emprendemos el camino en coche hasta un sendero por el que ascenderemos a pie montaña arriba. Por el camino ya empezamos a ver los primero indicios de la presencia de osos.
Tenemos la sensación de que en cualquier momento podría cruzarse cualquier animal. Y llegamos al final de la ruta hasta una explanada con una cabaña, donde dormiremos. Una vez ya instalados no perdemos ni un solo segundo en dirigirnos al lugar exacto donde haremos la espera. El lugar es increíble, prismáticos en mano empezamos a repasar cada rincón de la montaña. Vemos gran cantidad de ungulados y algún jabalí. Empieza a caer la niebla y a llover, la visivilidad ya no es buena así que regresamos a la cabaña. Encendemos un fuego para calentarnos y secarnos, pronto nos iremos a dormir, mañana nos espera madrugar.
Suena el despertador y nos ponemos en marcha hacia el punto de espera, hemos de caminar un rato hasta posicionarnos en el mejor lugar y esperar que acabe de hacerse de día. Estos días la niebla nos impide una buena visualización, pero aún así seguimos buscando y controlando todos los movimientos. El sueño y el cansancio hace que cabeceemos en algún momento, con la tranquilidad de que nuestro líder está contínuamente vigilando y mirando con los prismáticos.
Hoy el oso no se ha dejado ver, pero aún quedan días por delante y seguiremos intentándolo. No obstante está siendo una gran aventura, y recorremos lugares que son una verdadera maravilla. De vuelta a la cabaña recogemos y regresamos a los coches, vamos a cambiar de ubicación para hacer esperas.
Esta expedición está siendo un contraste absolutamente, hemos hecho esperas en deferentes lugares, nos ha nevado, llovido y la niebla en muchas ocasiones nos ha impedido ver bien las paredes de las montañas, teniendo que acabar antes las esperas y cambiar de localización.
Pero al final ha salido el sol y parece que de repente vuelve la primavera en su máximo esplendor. Es el último día y vamos a ir a por todas . Llegamos al punto de espera, el día está despejado, toda la nieve del día anterior ha desaparecido. Nada más llegar un oso se ha dejado ver, pero rápidamente se ha metido por la vegetación, seguramente esté buscando lugar para descansar. No lo hemos visto todos, pero está localizado. Con los prismáticos repasamos contínuamente toda la zona, no dejamos ni un solo momento de vigilar todo el monte. Finalmente después de un rato aparece de entre la vegetación, no podemos estar más contentos! Hemos estado un largo rato observándolo, ha habido algún momento que no lo veíamos y de pronto reaparecía de nuevo, hasta que finalmente se ha metido en la espesura probablemente en busca de un rincón para descansar.
La aventura llega a su fin, muy contentos por los momentos vividos y porque otro equipo más ha podido observar al Oso del Pirineo. Es momento de despedirnos y esperamos volver a veros muy pronto!